

Pensamos en el acero e inconscientemente se nos viene a la mente un material de construcción, muy resistente y con usos alejados de nuestro hogar, para nada una herramienta útil para la limpieza de la casa.
Sin embargo, existe un producto que sacará el mejor brillo a algunas partes concretas de nuestra casa, haciendo que vuelvan a relucir como el primer día.
El producto del que te hablo es la lana de acero (estropajo), que recibe este nombre debido a que está formado por fibras de diferentes grosores de acero entrelazadas entre sí, lo que hace que formen una especie de tejido que recuerda a la lana.
La lana de acero dará resultados espectaculares si la usamos para:
- Afilar cuchillos oxidados o con la hoja gastada:
Con un poco de lana de acero bañada en agua, podremos conseguir un filo más pronunciado y limpio de lo esperado.
- Limpiar la grasa de motores:
¿Cuántas veces has querido quitar la grasa acumulada y no has sabido cómo hacerlo? Con la lana de acero, puedes decir adiós a los problemas. Tras arrancar la grasa es aconsejable pasar un paño húmedo para que la superficie quede como nueva.
- Labores de limpieza y restauración para ebanistas:
Si lo tuyo es el bricolaje o la carpintería, la lana de acero será tu mejor aliado. Con ella podemos lijar, limpiar y abrillantar cualquier material que haya adquirido una capa de moho, pintura, cal u otro residuo.
- Quitar machas de pinturas de paredes, suelos y otras superficies:
Si queremos retirar de la pared o de otras superficies las machas de pintura, no debemos dudar en utilizar nuestra lana de acero. Con solo frotar la superficie conseguiremos volver al color original de manera rápida.
Estas son algunas de las aplicaciones que puedes darle a la lana de acero, pero existen cientos de opciones más.
Como siempre, para un resultado inmejorable y que te ahorre tiempo, te recomendamos contar con la ayuda de profesionales.